Sus principales factores son:
Temperatura:
Su temperatura es la más fría de todo el planeta. En la mitad de la Antártida, las temperaturas suelen bajar a -40°C durante el invierno. En verano, las temperaturas suben un poco hasta alcanzar los -25°C aproximadamente.
La Antártida es también el lugar más seco de la Tierra. Es un desierto helado. Nunca llueve en la Antártida debido a sus temperaturas tan frías.
La temperatura más baja registrada en la Ántartida fue -89.2°C, en la estación Rusa de Vostok, cerca del centro Antártico.
Humedad:
El aire en la Antártida es sumamente seco. Las bajas temperaturas dan como resultado una humedad absoluta muy baja, siendo este un problema para los científicos que deben realizar trabajos en el exterior: la piel se reseca y se agrietan los labios. Además, se pierde grandes cantidades de vapor de agua de los pulmones, por lo que es necesario beber frecuentemente para reponer el líquido perdido. La baja humedad absoluta también provoca que las instalaciones fabricadas en madera se resequen, causando un alto riesgo de incendio.